miércoles, 29 de octubre de 2008

This and that

Entre pañuelos blancos mi sonrisa, celosa de tu mirada, hace un intento minúsculo por salir a respirar aire fresco.



Me gustan tus manos al escribir mi nombre.

martes, 28 de octubre de 2008

Why?

La sien se estrecha aplastándome el cerebro

pienso entre nubes de algodón y chubascos de incertidumbre

lunes, 27 de octubre de 2008

No

Mañana

Cuando se vistió y se miró al espejo se había visto guapa.
Hoy era consciente de que existía y disfrutaba con ello. Así que se enrrolló al cuello su bufanda preferida y dispuesta a comerse el mundo bajó las escaleras a saltitos para recorrer los mismos pasos que todas las mañanas.
Llegaba tarde,como siempre, pero como hoy era un día especial decidió no entrar en clase sino sumergirse en ese mundo de misterio que la tranquilizaba, la biblioteca.
Nada más llegar su respiración y sus neuronas le agradecieron aquella paz tan sepulcral. Parecía reornar al vientre materno. Era como volar sin despegarse del suelo, pero en silencio... entre mucho silencio.

Intentó hacer el menor ruido a rodar la silla y colocar las cosas, se soltó el pelo y tras un suave y sentido suspiro comenzó a inundarse en nuestra cruda realidad económica.





Puede parecer exagerado pero cuando deslizó la bufanda por su cuello sentí su aroma a flores recién cortadas.
Estos asientos los han llenado miles de bellezas de todas las alturas y de todas las edades pero ella tenía algo que me hizo perder la concentración que tanto tiempo me había retenido en este asiento.
Con aires de fresca felicidad colocó los apuntes y el estuche, llenos de colores, miles de colores que me devolvían la alegría sin querer. Se rodó el pelo despeinado y comenzó a leer, absorta y atenta, como si mantuviera un diálogo directo con los folios escritos.
Yo me quedé mirándola hasta que se levantó y se fue, con la misma felicidad con la que vino.

Fue la media hora más corta de mi vida.






Cuando miré el reloj, como Alicia en el país de laas maravillas, tuve que salir corriendo. En estos momentos me gustaría estar en una iglesia, siempre me ha parecido raro, pero hay veces que anhelo ese silencio.

martes, 21 de octubre de 2008

Contradicciones

Si me preguntan, no sé cómo pudo ocurrir.
Si me reclaman algo, no puedo corroborar que lo hice a posta.

En realidad no soy conciente de is propios actos.

Sólo recuerdo que lo hice, que allí estaba con sus manos entrelazadas a las mías, paseando bajo el cielo estrellado de París.

Fue un sueño que viví sin pensar, sin darme cuenta. Lo hacía casi que mecánicamente. Sin sentir, sin ver, sin oir. Pero lo estaba haciendo.

Era culpable y así me siento, con un fuerte dolor en el pecho por estar haciendo lo que no debo. La princesa a cada paso se va convirtiendo en bruja. Bruja malvada por estarle aplastando el corazón a alguien inocente, a alguien que ha apostado por la carta equivocada, por la mirada confusa.

Solo tenía una salida, una única escapatoria. Cerrar los ojos y volar, escapar de este cuento para así intentar dejar de temblar cuando me roza sin querer. Pero fallé, sin querer aún cuento los minutos para que me venga a buscar...

Esto no me puede estar pasando a mí, vuelvo a caer al infierno, vuelvo a querer sin lógica, como una aunténtica estúpida e idiota que siempre elige a aquel que primero la ve, el que primero me dice cuatro palabras y me roba la razón. De nuevo me siento mal por amar a quién no puedo, a quién no es correcto. Otra vez me equivoco, otra vez me salto el guión.

No, es imposible.

Nuestras vidas suenana a compases distintos, es verdad, pero ambas se pueden tocar sobre el mismo teclado, son compaginables, o eso pienso yo.

De qué vale arrepentirse si ya no hay vuelta atrás. De qué vale arrepentirse si lo hubiera vuelto a hacer igual.




...






Creo que te estoy empezando a querer, sin querer.


Lo siento.

viernes, 10 de octubre de 2008

Jueves 11 de Marzo - La Oreja de Van Gogh
Así le des mil vueltas para cambiarlo

Aunque intentes cambiar las palabras de orden

Todo es en vano


Te he echado mucho de menos

miércoles, 8 de octubre de 2008

Je t'ai oublié

un estruendo la hizo quedarse sentada en la cama, el reloj de la mesilla marcaba las 2 de la mañana, la lluvia golpeaba la ventana como piedras. Ella no pudo hacer más que suspirar y alegrarse de que no había pasado nada.

Cerró los ojos y como todos los días tuvo que respirar por la nariz para relajarse, la somnolencia llegaba poco a poco y sin darse cuenta el cerebro solo le daba formas a su pensamiento, formas que soñaba desde hace siglos pero que ahora se transformaban en delicadas y exitantes caricias.

Un inmenso habitáculo con muchísimos asientos la rodeaba. Todo se movía muy rápido pero al mismo tiempo se mascaba la quietud y el silencio. Como en el metro.

Todo iba como todos los días hasta que un aroma familiar la invadía desde la silla de atrás. Un brazo sin querer le acariciaba el pelo. Cerró los ojos y buceó...

Buceó en la suave caricia de tus labios...

Nadó sobre el olvido y el perdón...

Se sumergió bajo el sabor a manzana ...




Podrías perdonarme?...

Te quiero

martes, 7 de octubre de 2008

2 + 0 = 20

Sin quererlo había soñado desde pequeña que cuando cumpliera 20 años se despertaría en una cama acolchada en medio de la nada. Se despertaría por un suave cosquilleo en el cuello y poco a poco, amanecería frente a sus ojos estando ella rodeada por la tenue luz de las velas.

Imaginaba que en la esquina de la mesa de noche estaría perfectamente colocado su libro de poesía favorito, que el móvil no tendría cobertura, que en su cuarto habría una gran estantería con todas las grandes obras de teatro que podía volver a leer una y otra vez sin parar; y que en el lado derecho de su cama había una suave almohada de plumas donde poder acurrucarse.

Siempre había pensado que ese día sería especial. Ese día no tendría miedos. Ese día podría, por fin, volver a vivir aquellos recuerdos que quisiera. Ese día daría un delicioso paseo sobre las nubes y se sumergiría en la inmensidad del océano.

Como en una película, el día que cumpliera 20 años, sonaría durante todo el día la banda sonora de su vida; un estilo, un ritmo, una melodía diferente dependiendo de los sentimientos de cada momento.

En su vigésimo día de vida los caminos no estarían delimitados, serían eternos y con unos pocos pasos podrías recorrer grandes distancias e inundarte de la flora de cada recóndito lugar.

Ese día cantaría y gritaría en la playa, en la montaña, en el bosque, en el desierto y en la ventana. Ese día no existirían coches, ni ningún medio de transporte, únicamente se podría ir a pie o en bicicleta.

Cuando cumpliera 20 años el mundo sería distinto.

Sólo el día que cumpliera 20 años.